La familia Castillo continúa su vida "normal" y Lucas, se adapta al día a día. Tanto es así que, en este capítulo, el presunto sobrino comienza su primer día de colegio. Sin embargo, a pesar de ser un chico muy especial, sus compañeros de clase le ven como el blanco de todas sus bromas. Sólo un compañero, Hugo, sale en su defensa y la mutua devoción por los superhéroes y los cómics los une irremediablemente.
Y es que, aunque en esta familia, cada día sea una aventura fantástica, la realidad llama a la puerta convertida en números rojos. ¿Cómo van Jimena y Mario a cubrir todos los gastos de su nueva vida? Ha llegado la hora buscar un trabajo y convencer a los vecinos cotillas de que el que han tenido antes han sido de élite.
De eso se encarga Jimena, que no tiene ningún problema en inventarse una vida pasada. Así, Mario se convierte en un ex corredor de bolsa y ella en una ama de casa que busca trabajo. Jimena es la que lleva los pantalones en la familia y así lo demuestra cada día con lo que será ella la que encuentre empleo de administrativa en la policía. Por su parte, Mario, se dedica a las tareas del hogar, y lo hace como puede.
Por si los problemas económicos no eran suficientes, Culebra es acusado de robar un reloj de oro de los vecinos y todo el mundo, dada su trayectoria, lo juzgará antes de escucharlo. Sólo Lucía es la única que le cree. Y por eso, ella y Carlitos intentarán ayudar a su hermano mayor.
Y es que, a pesar de los problemas personales y económicos, Jimena tiene tiempo para seguir luchando por encontrar a su hija y acercarse un poco más a las pistas que le dejó Silvestre.
*Fotos via: FormulaTv
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